Telerrealidead

EL NEGOCIADOR DE SEXO

Texto: Daniel Alhermann

Ilustración: Rafael Estrada

 

 

Música de entrada. Un presentador engominado, de pie en medio del plató, mirando a la cámara seductoramente y agitando unos folios en su mano mientras habla, introduce el próximo reportaje del programa.

 

PRESENTADOR.- Se han hecho tan populares como el Cobrador del Frac en sólo unos pocos años: son los negociadores de sexo. (Pausa) Actualmente, tres empresas en España ofrecen ya estos servicios profesionales de mediación. Todo comienza cuando recibes un “discreto” aviso: alguien de tu entorno quiere mantener relaciones íntimas contigo. A partir de ahí los agentes negociadores entran en juego. (Pausa) Nuestra reportera ha acompañado a uno de ellos en su “jornada laboral”. Los casos que van a ver son reales, grabados con cámara oculta. Se emiten con el consentimiento de las personas que aparecen en ellos, tras haber distorsionado sus rostros y sus voces. (Pausa) ¿Será usted, que está frente a la tele ahora, el próximo o la próxima en ser contactado? (Guiño cómplice) Conozca ya, en un extenso reportaje, el trabajo diario de un agente negociador de sexo.

 

. . . . .

 

Un hombre, el agente, y una mujer, la reportera que le acompaña, cierran la puerta de un coche recién aparcado. Él lleva traje, corbata y maletín de ejecutivo; es alto y bien parecido. Ella es una chica joven, vestida de manera informal, con gafas de pasta. Tiene aspecto de hacer acabado la carrera de Periodismo hace unos pocos meses, pero posee una expresión viva, despierta. Están en lo que parece ser un parque empresarial y empiezan a caminar hacia un edificio de oficinas mientras conversan.

 

AGENTE.- El principio básico de esto es la intermediación emocional. Es muy sencillo. Mira, imagina que tú y tu hermana estáis muy cabreadas. Si os ponéis a hablar la una con la otra en persona, enseguida os tiráis los trastos a la cabeza y no solucionáis nada. Hay demasiada carga emocional entre las dos. En cambio, si ponéis a una persona en medio, un negociador, podría hablar con una y con otra por separado, y el entendimiento sería mucho más fácil. Él no está involucrado en vuestros sentimientos, es objetivo. O frío, digámoslo así. Y vosotras también hablaríais con él de forma más tranquila, podríais reflexionar más, sin dejaros llevar por las pasiones. No es una cosa nueva, se ha hecho toda la vida, es puro sentido común. Pues eso mismo es lo que ofrecemos nosotros, sólo que con el sexo.

 

REPORTERA.- En vuestro escenario, siempre hay alguien que da el primer paso, o sea, el que comienza todo el proceso llamando al negociador, ¿no?

 

AGENTE.- (Sonriendo) Exacto. Ese alguien es nuestro cliente.

Ya han llegado casi a la puerta del edificio de oficinas, se detienen a unos metros de la entrada de hojas de cristal giratorias.

 

AGENTE.- Bueno, pues ya estoy listo. Repaso tus instrucciones: cámara y micro camuflados en el maletín, colocarlo en la mesa, a 1 metro aproximadamente de la persona, no mirarlo nunca... está todo controlado. Ahora me temo que te tienes que quedar esperando aquí, porque en esta parte no me puedes acompañar El clima de confianza y la privacidad son muy importantes.

 

REPORTERA.- Cuéntanos un poco de este caso, ¿quién es el cliente? ¿A quién vas a ver?

 

AGENTE.- La persona que está arriba es una directiva de la compañía, la responsable del departamento de Compras. Mi cliente es un proveedor que ha trabajado con ella en varias ocasiones. Ella está casada. Él está casado. Pero él piensa que hay atracción mutua, que ha habido miradas cómplices y que tiene posibilidades. En el entorno profesional en que se mueve mi cliente, le es muy difícil iniciar una aproximación de este tipo. Además, pondría en riesgo contratos de su empresa e incluso podría ser despedido. Así que nuestro servicio de intermediación le resulta muy conveniente.

 

REPORTERA.- ¿Pero no existe realmente el mismo peligro haciéndolo a través de vosotros? En cuanto la directiva sepa su identidad podría denunciarlo.

 

AGENTE.- No. Nos aseguramos de que al llegar al punto de desvelar quién es el cliente, la cosa haya llegado ya al ámbito íntimo y personal. Entonces, a ninguna de las dos partes le interesará que se sepa, porque las dos se han “mojado” en el asunto, ¿entiendes?

 

REPORTERA.- Creo que sí. ¡Uf, pero me parece que tienes que andarte con un tacto tremendo!

 

AGENTE.- Este caso puede ser muy difícil. De hecho, ya lo es desde el principio. Siempre mandamos un aviso previo a la persona, normalmente por correo electrónico. Te he enseñado antes el formato. Viene de parte de nuestra empresa, Intim S.A. Se notifica al destinatario que una persona anónima, pero conocida, desea proponerle relaciones íntimas, y que será contactada por un agente en los próximos días para hablar de ello. El aviso también contiene nuestros términos legales y condiciones de uso: privacidad, absoluta discreción, posibilidad de retirarse y rechazar la propuesta en cualquier momento del proceso, etc. Lo que ocurre es que en este caso, el cliente no quería usar el correo electrónico de ella, ya que sólo conoce el correo corporativo de la compañía y sabe que éste pasa siempre por una secretaria. Tampoco quisimos dar la notificación por teléfono; eso no suele funcionar, la tasa de rechazo es altísima y el proceso queda abortado antes de empezar. Es muy importante que la persona lea y asimile el aviso en un momento de intimidad. Así que tuvimos que mandarlo en un sobre, por correo tradicional y con un sello indicando “privado”, pero no tenemos confirmación de que lo haya leído. Si no es así, mi entrada al asunto será muy brusca. Me puede salvar que haya oído hablar de mi empresa y sepa lo que hacemos. Pero eso tampoco lo sé, no me queda más remedio que estar preparado para todo.

 

REPORTERA.- ¡Vaya! Pero entonces, ¿cómo has concertado la cita de hoy? ¿Te presentas así sin más? ¿O ella te espera?

 

AGENTE.- (Sonriendo) La verdad es que está engañada. Ella cree que tiene una cita con un headhunter, es decir, alguien que va a ofrecerle una oferta de trabajo en otra compañía. Esto sí que lo concertamos por teléfono, es muy habitual a su nivel.

 

REPORTERA.- (Sonriendo) ¡Qué fuerte! ¡Estoy deseando ver el video después!

 

Cámara oculta. La imagen se vuelve estable cuando el maletín se posa en la mesa. Se puede ver la mitad superior del cuerpo de la directiva, con chaqueta y blusa, media melena, muy elegante. Se adivina atractiva detrás de la cara pixelada. Su voz, a pesar de la distorsión, suena segura y a la vez muy distendida.

 

DIRECTIVA.- Bueno, pues vayamos al grano. Me vas a disculpar que sólo te pueda dedicar media hora hoy, tengo una reunión importante después, con el Director Financiero. ¿En qué consiste la oferta?

 

AGENTE.- Es una oferta diferente, bastante especial. Por cierto, hace unos días te adelantamos una información por carta. Somos la empresa Intim… ¿te suena?

 

DIRECTIVA.- ¿Intim? No, no recuerdo haber leído nada. Para ser sinceros, al correo postal no le puedo hacer mucho caso. Tengo un volumen muy alto de correspondencia y muchos sobres van a la papelera sin leer, ya sabes, publicidad de proveedores, información de congresos… Imagino que da igual, ¿no? Para eso hemos quedado hoy.

 

AGENTE.- Sí, claro, no te preocupes. Veo que tampoco conoces a nuestra empresa ni lo que hacemos, que no has oído hablar de Intim en prensa, ni por amigos o conocidos…

 

DIRECTIVA.- No. Estoy lista para que me lo cuentes. (Voz sonriente)

 

AGENTE.- Vale, vamos allá. Es posible que te lleves una sorpresa. A ver, te puedo decir que no somos un headhunter convencional. No nos dedicamos al ámbito profesional sino más bien al personal. (Pausa larga)

 

DIRECTIVA.- (Entrelazando las dos manos sobre la mesa) No acabo de entender eso. ¿En qué sentido?

 

AGENTE.- Has llamado la atención de alguien. No es una empresa, es una persona. Una persona que está muy interesada en ti.

 

 

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